Aspectos
generales del tratado
Para
poder estudiar a profundidad esta fuente, se debe en principio y de acuerdo a
lo estipulado por Jocelyn Létourneau,
hacer una crítica a la autenticidad del mismo[1]
a través del cuestionario que el mismo autor propone. Esto con el fin de
entender no solo la validez del texto, también su contexto y sus aspectos más
esenciales, los cuales resultan importantes para entenderlo. Pero se hace la
salvedad de que el método anteriormente propuesto no es exegético y puede ser
modificado a beneficio de quien realiza el comentario.
En
primera medida, se puede hablar de la naturaleza del texto de dos maneras:
según su forma y según su contenido. En el primer apartado se menciona que la
fuente es un Tratado, el cual a su vez es definido por diversos intelectuales
jurídicos como documentos en los que se plasman acuerdos entre sujetos de
derecho internacional en materias tan diversas como política, economía y
cultura. Además, son considerados como fuentes de Derecho por el derecho
internacional y el derecho constitucional[2].
Esto para establecer no solo que el texto a estudiar es de naturaleza
histórico-jurídica, sino que además fue elaborado, revisado y firmado por
Estados (Sujetos de Derecho Internacional). En cuanto a su contenido, se
aprecia que es eminentemente político y militar, consagrando tanto obligaciones
como derechos para los signatarios.
El
Pacto de Varsovia fue firmado en dicha ciudad el 14 de Mayo de 1955 (y su
entrada en vigor se dio el 5 de Junio del mismo año), por representantes de
Albania, Bulgaria, Checoslovaquia, Hungría, la República Democrática Alemana,
Polonia, Rumania y la URSS[3].
Dichos representantes fueron los Jefes de Gobierno de cada una de las
anteriores naciones:
País
|
Jefe de
Gobierno
|
República
Popular de Albania
|
Mehmet Shehu
|
República
Popular de Bulgaria
|
Vulko
Chervenkov
|
Checoeslovaquia
|
Viliam Široky |
República
popular de Hungría
|
Andras
Hegedus
|
República
popular de Polonia
|
Jozef Cyrankiewicz
|
República
Democrática Alemana
|
Otto
Grotewohl
|
República
Popular de Rumania
|
Gheorghe Gheorghiu-Dej
|
URSS
|
Nikolai
Alexandrovich Bulganin
|
Cada
uno de estos Jefes de Gobierno eran las máximas autoridades dentro de sus
respectivos Estados y Partidos, obedeciendo a las características esenciales de
los modelos de dictaduras comunistas, como la ultra centralización del poder,
el dominio totalitario de Partido sobre el Estado, el carácter represivo del
sistema político o la gestión centralizada de las actividades económicas, entre
otros[4].
Aun así, se deben guardar reservas al afirmar esto, ya que cada gobierno no
tenía ni el mismo proceso histórico ni las mismas figuras políticas como para
argumentar que el modelo soviético era exactamente el mismo en cada uno de los
Estados en el que se gestó.
Como
destinatarios del tratado podemos referir que fueron varios, en distintos
niveles y con motivos diferentes. En primer lugar, al ser un tratado
multilateral, tiene efectos para los Estados quienes los suscriben y son ellos
los principales destinatarios. Por otro lado, vemos que a nivel internacional,
el Pacto de Varsovia fue una movida de contrapeso ante las pretensiones
estadounidenses de cercar y combatir el
comunismo, que cada día tenía más espacio en la política internacional, a
través de la famosa “Doctrina Truman”[5].
Este documento, por ende, tiene un alcance global según el cual afectaría las
relaciones entre los dos bloques dominantes del momento: Los capitalistas
encabezados por E.E.U.U. y los comunistas, dirigidos por la U.R.S.S.
Contexto histórico
El
mundo apenas se estaba levantando del desastre de la Segunda Guerra Mundial,
cuando las tensiones políticas y económicas volvieron a aflorar, esta vez de la
mano de aquellos que habían resultado vencedores del anterior conflicto bélico.
Pero esta nueva forma de conflicto tenía nuevos ingredientes: El campo de
batalla era el escenario internacional, las armas de destrucción masiva hacían
su aparición y el resultado que casi todo el mundo esperaba del estallido de un
nuevo enfrentamiento global, era la destrucción de la humanidad[6].
El
hecho de estar en un estado de alerta constante, y alimentado por las retoricas
apocalípticas de los bandos, era solo uno de los elementos. Hay que resaltar
que el mundo de dividió en dos partes: Aquellos que estaban en las zonas de
influencia del Ejército Rojo y demás milicias comunistas, quienes en palabras
de Hobsbawn “sin intentar extender más allá su esfera de influencia por la
fuerza de las armas”; y quienes se encontraban bajo la tutela de los Estados
Unidos, que controlaban el hemisferio occidental y eran los herederos de las
viejas hegemonías imperialistas de las antiguas potencias coloniales, pero sin
una intervención sobre el dominio soviético.[7]
Dentro
de los intentos de la U.R.S.S. por consolidar un espacio de dominio ideológico,
político y económico, se llegaron a establecer gran cantidad de alianzas desde
1934, siendo muchas de ellas inconsistentes con los lineamientos ideológicos
del comunismo, y generando un tortuoso camino de apariencias y representaciones
que contribuirían a mejorar la imagen ante el mundo de estas revoluciones.[8]
Pero
después de la guerra, se trató de recuperar el rumbo construyendo un nuevo
bloque político conformado por los países europeos orientales. A esto se le
adhiere el elemento de la necesidad de superar las dificultades que el
desarrollo económico imponía, y las precarias capacidades económicas de estas
naciones. Aquellos países excluidos de la ayuda norteamericana, se inclinaron a
aceptar que desde Moscú se proveyeran las ayudas necesarias. Entonces, las
repúblicas populares entendieron que la ayuda soviética contribuía escasamente
al mejoramiento de sus incapacidades económicas, pero que el costo era una
perdida en la soberanía plena, ya que la injerencia de la U.R.S.S. en los
asuntos internos de dichas naciones aumentaba[9].
A este nuevo pacto supranacional se le conoció como el Consejo de Asistencia
Económica Mutua (COMECON)[10].
Resulta
interesante ver como son los mismos países del COMECON quienes terminan por
firmar el Pacto de Varsovia. Esto da a entender que los intentos de la Unión
Soviética por consolidar un bloque hegemónico iban de menos a más, primero
intensificando el dominio sobre las economías destrozadas, para luego
materializar el control político y militar sobre los países satélites.
Pero
los resultados tangibles del COMECON se vieron casi que de inmediato, aunque su
inoperancia era visible. La propuesta soviética era contribuir al desarrollo de
las economías, para que cada vez se volvieran más interdependientes unas con
otras, a la vez que individualmente se volvían más dependientes de la Unión
Soviética, reafirmando su papel como dominante dentro del bloque[11].
Por
otro lado, Los Estados Unidos habían impulsado el Plan Marshall, con el fin de
frenar el comunismo, intentando ayudar a la Europa occidental a salir de las
ruinas promoviendo una reforma monetaria en Alemania Federal y desbloqueando
Berlín occidental a través del puente aéreo (1948); además de fundar la ya
mencionada OTAN[12].
Análisis del Contenido
El
tratado está compuesto por un preámbulo y once artículos, en donde no solo se
dejan en evidencia los lineamientos de la nueva política militar multinacional que
se adoptaría, sino a grandes rasgos, los motivos por los cuales se suscribió el
tratado. En el preámbulo, las partes reafirman la búsqueda de la paz, la unidad
y la convivencia europea y global, a través de mecanismos políticos que
contribuyan a evitar nuevos confortamientos.
En
el primer artículo, se sientan las bases de la resolución de los conflictos de
forma pacífica y de acuerdo a la Carta de las Naciones Unidas. En el segundo,
se hace un llamado a la prohibición de las armas de destrucción masiva y a la
reducción controlada de estas con el apoyo de otras naciones.
Los
artículos tres y cuatro exhortan a consultar a una de las partes al resto de
los asociados sobre temas de seguridad y solicitar asistencia cuando lo
consideren necesario en caso de un eventual ataque armado a alguno de ellos. El
quinto y sexto buscan formar un comando conjunto para sus fuerzas armadas y un
comité consultivo con facultades de crear órganos de auxilio.
En
cuanto al artículo séptimo, este obliga a las partes a ser militar y
políticamente exclusivos entre ellos, ya que este tratado tenía prelación sobre
otros cuales quieran que fuesen. El octavo articulo habla de la cooperación en
materia económica y cultural, sin detrimento de los asuntos internos de cada
nación.
El
artículo nueve deja abierta la puerta a la inclusión de otras naciones al
Pacto, siempre y cuando haya consenso en esto. El décimo obliga a la
ratificación del tratado; y el undécimo explica la duración (veinte años) y la
prolongación (otros diez años si no se denuncia) del tratado, así como la
opción de que un tratado superior entre en rigor, momento en el cual el Pacto
queda sin fuerza vinculante.
Si
bien el objetivo del tratado era la unión de los estados europeos bajo un solo
organismo, sin detrimento de su régimen social o político, se puede inferir que
este surge además como una reacción a los acuerdos de París en donde se crea un
nuevo bloque militar y político occidental, generando una situación de amenaza
a aquellos “países amantes de la paz”[13].
Aun
así existen posturas que afirman que no fue la creación de la OTAN en 1949 la
que dio pie a la expedición del Pacto de Varsovia, sino la futura anexión de la
República Federal Alemana al tratado de Atlántico Note el punto de quiebre de
los intentos de mantener baja la tensión bipolar. Esto se explica con las
jugadas políticas y diplomáticas que ejecutó la URSS después de 1949, como los
intentos por prevenir que la Alemania Occidental se anexionara a dicho tratado,
la propuesta de reunificación y neutralidad alemana en 1952 e inclusive el
ideal de construir un tratado europeo de seguridad entre los dos bloques en
1954[14].
Se
puede interpretar la especial atención que demuestra la U.R.S.S. en el dominio
de esta zona en particular, siguiendo lo dicho por Farid Kahhat. Según este
internacionalista, los territorios comprendidos por los países satélites del
bloque oriental habían sido históricamente la brecha de entrada de las diversas
invasiones al territorio ruso, ya que durante dos guerras mundiales, e
inclusive durante las épocas de Napoleón, eran los frentes de guerra más
recurrentes. Entonces, para consolidar la política soviética, se veía esta zona
como un “parachoques” ante posibles intentos de invadir Rusia, como ya antes
había ocurrido[15].
Uno
de los elementos que este tratado tiene, y que resulta interesante de observar,
es la situación especial del momento político de la URSS. Después de la muerte
de Stalin en 1953, se creó un vacío de poder, en el que la misma sociedad y los
altos estamentos políticos del partido
no lograban una estabilidad de poderes. A diferencia de Lenin, cuyo culto a la
personalidad y magnificencia se dieron después de su muerte, Stalin estaba muy
arraigado dentro del imaginario de los ciudadanos soviéticos, debido a sus más
de treinta años de activismo político, llegando al punto de que su falta
generara zozobra tanto al interior como al exterior de la URSS.[16]
Pero
la muerte de Stalin no solo permitió las luchas internas por el poder. También
genero un ambiente más cordial en cuanto a las relaciones entre la U.R.S.S. y
los países satélites. Sin la influencia controladora estalinista, las
relaciones multilaterales se tornaron más igualitarias, y se afianzaron los
lazos de hermandad. Para la U.R.S.S. era inaceptable que el distanciamiento que
había tomado Yugoslavia se repitiera en otro de los países satélites[17],
por eso es que las movidas diplomáticas soviéticas se pueden interpretar como
un acercamiento lento y seguro con las “republicas populares”, sin que estas se
sintieran controladas violentamente, ya que esto no garantizaba el dominio
sobre los satélites. En primer lugar se ayudó a las acciones con apoyos
económicos (COMECON), y luego con acuerdos militares (Pacto de Varsovia).
Las
obligaciones adquiridas por los Estados, tuvieron ciertos puntos de
resentimiento, debido a las amplias cargas que para ellos significaban. Por
ejemplo, el artículo séptimo generaba la situación de que, en la práctica, toda
interacción de cada estado debía pasar por la aprobación rusa. Otro caso se
presenta con el articulo nueve: si bien existía en el papel la idea de mantener
relaciones abiertas con todo el mundo sin importar ideología o pensamiento, en
la práctica esto no fue así, ya que a pesar de ese espíritu de unión, el bloque
soviético se caracterizó por su hermetismo, siendo mucho más en la época antes
de la muerte de Stalin.
La
lectura atenta de este tratado, permite inferir que al acordarlo, todas las
naciones parte estaban cediendo (o limitando) su soberanía de manera
impresionante. El hecho de someter a control las decisiones que otras naciones
tomen de manera autónoma, genera un desequilibrio de poder, sobre todo teniendo
en cuenta que era la U.R.S.S. quien tenía mayor control sobre las decisiones
que se tomaran por parte de alguno de los comités.
Pero
entender el texto en su ámbito resulta más difícil aun. El problema de este (y
en general todos los textos legales) radica en la interpretación que se le
ejecute. Si se trata de ser sumamente exegético, podemos entender este tratado
como la respuesta natural a diferentes agresiones por parte del bloque
occidental, con el fin de desestabilizar el comunismo. Pero a la luz de los
hechos, podemos matizar mucho esta afirmación. De lo visto anteriormente,
podemos saber que no eran solo las motivaciones pacifistas las que guiaban el
actuar soviético, ya que se estaba ejecutando una política de control y
consolidación de poder frente al bando opuesto. Además, el texto, en su
redacción, buscaba mantener la ilusión romántica de sociedad avanzada y
pro-pacifista que se trataba de vender a otras naciones que permanecían sin
alinearse, frente a un enemigo occidental, abiertamente capitalista y que
buscaba instigar el conflicto.
Conclusiones
Las
diferentes muestras de poder entre los dos bandos predominantes en la segunda
mitad del siglo XX, son solo una muestra de las continuas provocaciones que
cada parte generaba a la otra, a fin de lograr a los ojos de la comunidad
internacional, el papel de “buenos muchachos”. Si bien cada uno tenía muy
definida su posición ideológica, esto no bastaba, ya que era necesario lograr
un control transnacional, que sería la formula básica de la mayoría de los
conflictos en el mundo durante más de cincuenta años.
Los
casos de Corea, Vietnam, Cuba o inclusive Colombia, son solo manifestaciones
regionales de la tensión que se vivió desde finales de la Segunda Guerra, hasta
1991, año en que se terminó de disolver la U.R.S.S. y se mostró al mundo cual
era la ideología opresora que pudo sobrevivir a este enfrentamiento de
argumentos y provocaciones.
Por
ende, entender el Pacto de Varsovia como una respuesta a las provocaciones
beligerantes de occidente es solo una de las maneras de apreciar este
documento. También se puede decir que funciono como elemento de expansión y
consolidación del poder soviético y del comunismo en Europa, así como una
muestra de las intenciones reales de la U.R.S.S. en cuanto a política
internacional.
Hay
que tener claro que si bien, ambas partes buscaban evitar un conflicto nuclear,
ya que entendían las consecuencias nefastas de ello, si buscaban instigar al
bloque contrario para que tomase las decisiones menos acertadas, que los
pusiera en evidencia ante el concierto internacional como una potencia débil y
falta de legitimación.
Bibliografía
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Páginas
Web
·
http://clioperu.blogspot.com/2011/07/origen-y-fin-del-pacto-de-varsovia-el.html
[1] Létourneau, Jocelyn. La Caja de Herramientas del Joven
Investigador: Guía de iniciación al trabajo intelectual. La Carreta
Editores (Medellín, 2009). Pág. 78.
[2]
Monroy Cabra, Marco Gerardo. Introducción
al Derecho. Editorial Temis (Bogotá, 2006) Pág. 174
[3] Holdem, Gerard. The Warsaw Pact: Soviet
Security and Bloc Politics. The United Nations University (Nueva York, 1989).
Pág. 6.
[4] Duran-Cousin, Eduardo. Comunismo: Historia de un sistema político.
Ediciones ABYA-YALA (Quito, 2004) Pág.: 287.
[5]
Fontana Josep. Por el bien del Imperio: Una historia del mundo desde 1945.
Ediciones de Pasado y presente (Barcelona, 2011) Pág. 10.
[6]
Hobsbawn, Eric. Historia del Siglo XX:
1914-1991. Editorial Critica (Barcelona, 2011) Pág. 230.
[7]
Hobsbawn. Págs. 230-231.
[9] Benz, Wolfgang &
Graml, Hermann (Compiladores). El Siglo
XX: II. Europa después de la segunda guerra mundial 1945-1982 (Tomo 1).
Siglo veintiuno editores (México, 1986)
[10] En Ruso: Совет
экономической взаимопомощи. La COMECON (Siglas en inglés) no solo contaba con
la participación de los países de Europa oriental. Después de los 50’s se
permitió el ingreso de otros países como Cuba, Mongolia y Vietnam; así como la
participación en calidad de observadores de México y Finlandia entre otros.
Visto en: http://www.shsu.edu/~his_ncp/CMEA.html
[11]
Benz & Graml. (Tomo 2) Pág. 377
[12]
Schwanitz, Dietrich. La Cultura: Todo lo
que hay que saber. Taurus (Buenos Aires, 2003) Pág. 199.
[13] URRS y aliados. Tratado de Amistado, Cooperación y Ayuda
Mutua, del 14 de Mayo de 1995, por el que se crea un bloque de cooperación
militar bajo el liderazgo de la URSS. Visto en: http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/1/353/13.pdf
[14]
Holden, Págs. 6-7; 9.
[15]
Visto en: http://clioperu.blogspot.com/2011/07/origen-y-fin-del-pacto-de-varsovia-el.html
[16] Fazio Vengoa. Hugo. Rusia
en el largo siglo XX: Entre la modernización y la globalización. Universidad de
los Andes-CESO (Bogotá, 2005). Pág. 150.
[17]
Benz & Graml. (Tomo 2) Pág. 378
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