jueves, 29 de octubre de 2015

Tratado de Amistad, Colaboración y Asistencia Mutua (Pacto de Varsovia)



Aspectos generales del tratado
Para poder estudiar a profundidad esta fuente, se debe en principio y de acuerdo a lo estipulado por Jocelyn Létourneau,  hacer una crítica a la autenticidad del mismo[1] a través del cuestionario que el mismo autor propone. Esto con el fin de entender no solo la validez del texto, también su contexto y sus aspectos más esenciales, los cuales resultan importantes para entenderlo. Pero se hace la salvedad de que el método anteriormente propuesto no es exegético y puede ser modificado a beneficio de quien realiza el comentario.

En primera medida, se puede hablar de la naturaleza del texto de dos maneras: según su forma y según su contenido. En el primer apartado se menciona que la fuente es un Tratado, el cual a su vez es definido por diversos intelectuales jurídicos como documentos en los que se plasman acuerdos entre sujetos de derecho internacional en materias tan diversas como política, economía y cultura. Además, son considerados como fuentes de Derecho por el derecho internacional y el derecho constitucional[2]. Esto para establecer no solo que el texto a estudiar es de naturaleza histórico-jurídica, sino que además fue elaborado, revisado y firmado por Estados (Sujetos de Derecho Internacional). En cuanto a su contenido, se aprecia que es eminentemente político y militar, consagrando tanto obligaciones como derechos para los signatarios. 

El Pacto de Varsovia fue firmado en dicha ciudad el 14 de Mayo de 1955 (y su entrada en vigor se dio el 5 de Junio del mismo año), por representantes de Albania, Bulgaria, Checoslovaquia, Hungría, la República Democrática Alemana, Polonia, Rumania y la URSS[3]. Dichos representantes fueron los Jefes de Gobierno de cada una de las anteriores naciones:


País
Jefe de Gobierno
República Popular de Albania
Mehmet Shehu
República Popular de Bulgaria
Vulko Chervenkov
Checoeslovaquia

Viliam Široky

República popular de Hungría
Andras Hegedus
República popular de Polonia
Jozef Cyrankiewicz
República Democrática Alemana
Otto Grotewohl
República Popular de Rumania
Gheorghe Gheorghiu-Dej
URSS
Nikolai Alexandrovich Bulganin


Cada uno de estos Jefes de Gobierno eran las máximas autoridades dentro de sus respectivos Estados y Partidos, obedeciendo a las características esenciales de los modelos de dictaduras comunistas, como la ultra centralización del poder, el dominio totalitario de Partido sobre el Estado, el carácter represivo del sistema político o la gestión centralizada de las actividades económicas, entre otros[4]. Aun así, se deben guardar reservas al afirmar esto, ya que cada gobierno no tenía ni el mismo proceso histórico ni las mismas figuras políticas como para argumentar que el modelo soviético era exactamente el mismo en cada uno de los Estados en el que se gestó.

Como destinatarios del tratado podemos referir que fueron varios, en distintos niveles y con motivos diferentes. En primer lugar, al ser un tratado multilateral, tiene efectos para los Estados quienes los suscriben y son ellos los principales destinatarios. Por otro lado, vemos que a nivel internacional, el Pacto de Varsovia fue una movida de contrapeso ante las pretensiones estadounidenses de  cercar y combatir el comunismo, que cada día tenía más espacio en la política internacional, a través de la famosa “Doctrina Truman”[5]. Este documento, por ende, tiene un alcance global según el cual afectaría las relaciones entre los dos bloques dominantes del momento: Los capitalistas encabezados por E.E.U.U. y los comunistas, dirigidos por la U.R.S.S.

Contexto histórico
El mundo apenas se estaba levantando del desastre de la Segunda Guerra Mundial, cuando las tensiones políticas y económicas volvieron a aflorar, esta vez de la mano de aquellos que habían resultado vencedores del anterior conflicto bélico. Pero esta nueva forma de conflicto tenía nuevos ingredientes: El campo de batalla era el escenario internacional, las armas de destrucción masiva hacían su aparición y el resultado que casi todo el mundo esperaba del estallido de un nuevo enfrentamiento global, era la destrucción de la humanidad[6].
El hecho de estar en un estado de alerta constante, y alimentado por las retoricas apocalípticas de los bandos, era solo uno de los elementos. Hay que resaltar que el mundo de dividió en dos partes: Aquellos que estaban en las zonas de influencia del Ejército Rojo y demás milicias comunistas, quienes en palabras de Hobsbawn “sin intentar extender más allá su esfera de influencia por la fuerza de las armas”; y quienes se encontraban bajo la tutela de los Estados Unidos, que controlaban el hemisferio occidental y eran los herederos de las viejas hegemonías imperialistas de las antiguas potencias coloniales, pero sin una intervención sobre el dominio soviético.[7]
Dentro de los intentos de la U.R.S.S. por consolidar un espacio de dominio ideológico, político y económico, se llegaron a establecer gran cantidad de alianzas desde 1934, siendo muchas de ellas inconsistentes con los lineamientos ideológicos del comunismo, y generando un tortuoso camino de apariencias y representaciones que contribuirían a mejorar la imagen ante el mundo de estas revoluciones.[8]
Pero después de la guerra, se trató de recuperar el rumbo construyendo un nuevo bloque político conformado por los países europeos orientales. A esto se le adhiere el elemento de la necesidad de superar las dificultades que el desarrollo económico imponía, y las precarias capacidades económicas de estas naciones. Aquellos países excluidos de la ayuda norteamericana, se inclinaron a aceptar que desde Moscú se proveyeran las ayudas necesarias. Entonces, las repúblicas populares entendieron que la ayuda soviética contribuía escasamente al mejoramiento de sus incapacidades económicas, pero que el costo era una perdida en la soberanía plena, ya que la injerencia de la U.R.S.S. en los asuntos internos de dichas naciones aumentaba[9]. A este nuevo pacto supranacional se le conoció como el Consejo de Asistencia Económica Mutua (COMECON)[10].
Resulta interesante ver como son los mismos países del COMECON quienes terminan por firmar el Pacto de Varsovia. Esto da a entender que los intentos de la Unión Soviética por consolidar un bloque hegemónico iban de menos a más, primero intensificando el dominio sobre las economías destrozadas, para luego materializar el control político y militar sobre los países satélites.
Pero los resultados tangibles del COMECON se vieron casi que de inmediato, aunque su inoperancia era visible. La propuesta soviética era contribuir al desarrollo de las economías, para que cada vez se volvieran más interdependientes unas con otras, a la vez que individualmente se volvían más dependientes de la Unión Soviética, reafirmando su papel como dominante dentro del bloque[11].
Por otro lado, Los Estados Unidos habían impulsado el Plan Marshall, con el fin de frenar el comunismo, intentando ayudar a la Europa occidental a salir de las ruinas promoviendo una reforma monetaria en Alemania Federal y desbloqueando Berlín occidental a través del puente aéreo (1948); además de fundar la ya mencionada OTAN[12].

Análisis del Contenido
El tratado está compuesto por un preámbulo y once artículos, en donde no solo se dejan en evidencia los lineamientos de la nueva política militar multinacional que se adoptaría, sino a grandes rasgos, los motivos por los cuales se suscribió el tratado. En el preámbulo, las partes reafirman la búsqueda de la paz, la unidad y la convivencia europea y global, a través de mecanismos políticos que contribuyan a evitar nuevos confortamientos.

En el primer artículo, se sientan las bases de la resolución de los conflictos de forma pacífica y de acuerdo a la Carta de las Naciones Unidas. En el segundo, se hace un llamado a la prohibición de las armas de destrucción masiva y a la reducción controlada de estas con el apoyo de otras naciones.

Los artículos tres y cuatro exhortan a consultar a una de las partes al resto de los asociados sobre temas de seguridad y solicitar asistencia cuando lo consideren necesario en caso de un eventual ataque armado a alguno de ellos. El quinto y sexto buscan formar un comando conjunto para sus fuerzas armadas y un comité consultivo con facultades de crear órganos de auxilio.

En cuanto al artículo séptimo, este obliga a las partes a ser militar y políticamente exclusivos entre ellos, ya que este tratado tenía prelación sobre otros cuales quieran que fuesen. El octavo articulo habla de la cooperación en materia económica y cultural, sin detrimento de los asuntos internos de cada nación. 

El artículo nueve deja abierta la puerta a la inclusión de otras naciones al Pacto, siempre y cuando haya consenso en esto. El décimo obliga a la ratificación del tratado; y el undécimo explica la duración (veinte años) y la prolongación (otros diez años si no se denuncia) del tratado, así como la opción de que un tratado superior entre en rigor, momento en el cual el Pacto queda sin fuerza vinculante.

Si bien el objetivo del tratado era la unión de los estados europeos bajo un solo organismo, sin detrimento de su régimen social o político, se puede inferir que este surge además como una reacción a los acuerdos de París en donde se crea un nuevo bloque militar y político occidental, generando una situación de amenaza a aquellos “países amantes de la paz”[13].

Aun así existen posturas que afirman que no fue la creación de la OTAN en 1949 la que dio pie a la expedición del Pacto de Varsovia, sino la futura anexión de la República Federal Alemana al tratado de Atlántico Note el punto de quiebre de los intentos de mantener baja la tensión bipolar. Esto se explica con las jugadas políticas y diplomáticas que ejecutó la URSS después de 1949, como los intentos por prevenir que la Alemania Occidental se anexionara a dicho tratado, la propuesta de reunificación y neutralidad alemana en 1952 e inclusive el ideal de construir un tratado europeo de seguridad entre los dos bloques en 1954[14].

Se puede interpretar la especial atención que demuestra la U.R.S.S. en el dominio de esta zona en particular, siguiendo lo dicho por Farid Kahhat. Según este internacionalista, los territorios comprendidos por los países satélites del bloque oriental habían sido históricamente la brecha de entrada de las diversas invasiones al territorio ruso, ya que durante dos guerras mundiales, e inclusive durante las épocas de Napoleón, eran los frentes de guerra más recurrentes. Entonces, para consolidar la política soviética, se veía esta zona como un “parachoques” ante posibles intentos de invadir Rusia, como ya antes había ocurrido[15].

Uno de los elementos que este tratado tiene, y que resulta interesante de observar, es la situación especial del momento político de la URSS. Después de la muerte de Stalin en 1953, se creó un vacío de poder, en el que la misma sociedad y los altos estamentos  políticos del partido no lograban una estabilidad de poderes. A diferencia de Lenin, cuyo culto a la personalidad y magnificencia se dieron después de su muerte, Stalin estaba muy arraigado dentro del imaginario de los ciudadanos soviéticos, debido a sus más de treinta años de activismo político, llegando al punto de que su falta generara zozobra tanto al interior como al exterior de la URSS.[16]

Pero la muerte de Stalin no solo permitió las luchas internas por el poder. También genero un ambiente más cordial en cuanto a las relaciones entre la U.R.S.S. y los países satélites. Sin la influencia controladora estalinista, las relaciones multilaterales se tornaron más igualitarias, y se afianzaron los lazos de hermandad. Para la U.R.S.S. era inaceptable que el distanciamiento que había tomado Yugoslavia se repitiera en otro de los países satélites[17], por eso es que las movidas diplomáticas soviéticas se pueden interpretar como un acercamiento lento y seguro con las “republicas populares”, sin que estas se sintieran controladas violentamente, ya que esto no garantizaba el dominio sobre los satélites. En primer lugar se ayudó a las acciones con apoyos económicos (COMECON), y luego con acuerdos militares (Pacto de Varsovia).

Las obligaciones adquiridas por los Estados, tuvieron ciertos puntos de resentimiento, debido a las amplias cargas que para ellos significaban. Por ejemplo, el artículo séptimo generaba la situación de que, en la práctica, toda interacción de cada estado debía pasar por la aprobación rusa. Otro caso se presenta con el articulo nueve: si bien existía en el papel la idea de mantener relaciones abiertas con todo el mundo sin importar ideología o pensamiento, en la práctica esto no fue así, ya que a pesar de ese espíritu de unión, el bloque soviético se caracterizó por su hermetismo, siendo mucho más en la época antes de la muerte de Stalin.

La lectura atenta de este tratado, permite inferir que al acordarlo, todas las naciones parte estaban cediendo (o limitando) su soberanía de manera impresionante. El hecho de someter a control las decisiones que otras naciones tomen de manera autónoma, genera un desequilibrio de poder, sobre todo teniendo en cuenta que era la U.R.S.S. quien tenía mayor control sobre las decisiones que se tomaran por parte de alguno de los comités.
Pero entender el texto en su ámbito resulta más difícil aun. El problema de este (y en general todos los textos legales) radica en la interpretación que se le ejecute. Si se trata de ser sumamente exegético, podemos entender este tratado como la respuesta natural a diferentes agresiones por parte del bloque occidental, con el fin de desestabilizar el comunismo. Pero a la luz de los hechos, podemos matizar mucho esta afirmación. De lo visto anteriormente, podemos saber que no eran solo las motivaciones pacifistas las que guiaban el actuar soviético, ya que se estaba ejecutando una política de control y consolidación de poder frente al bando opuesto. Además, el texto, en su redacción, buscaba mantener la ilusión romántica de sociedad avanzada y pro-pacifista que se trataba de vender a otras naciones que permanecían sin alinearse, frente a un enemigo occidental, abiertamente capitalista y que buscaba instigar el conflicto.

Conclusiones
Las diferentes muestras de poder entre los dos bandos predominantes en la segunda mitad del siglo XX, son solo una muestra de las continuas provocaciones que cada parte generaba a la otra, a fin de lograr a los ojos de la comunidad internacional, el papel de “buenos muchachos”. Si bien cada uno tenía muy definida su posición ideológica, esto no bastaba, ya que era necesario lograr un control transnacional, que sería la formula básica de la mayoría de los conflictos en el mundo durante más de cincuenta años. 

Los casos de Corea, Vietnam, Cuba o inclusive Colombia, son solo manifestaciones regionales de la tensión que se vivió desde finales de la Segunda Guerra, hasta 1991, año en que se terminó de disolver la U.R.S.S. y se mostró al mundo cual era la ideología opresora que pudo sobrevivir a este enfrentamiento de argumentos y provocaciones.

Por ende, entender el Pacto de Varsovia como una respuesta a las provocaciones beligerantes de occidente es solo una de las maneras de apreciar este documento. También se puede decir que funciono como elemento de expansión y consolidación del poder soviético y del comunismo en Europa, así como una muestra de las intenciones reales de la U.R.S.S. en cuanto a política internacional.

Hay que tener claro que si bien, ambas partes buscaban evitar un conflicto nuclear, ya que entendían las consecuencias nefastas de ello, si buscaban instigar al bloque contrario para que tomase las decisiones menos acertadas, que los pusiera en evidencia ante el concierto internacional como una potencia débil y falta de legitimación.

Bibliografía
·         Benz, Wolfgang & Graml, Hermann (Compiladores). El Siglo XX: II. Europa después de la segunda guerra mundial 1945-1982 (Tomos 1 y 2). Siglo veintiuno editores (México, 1986)
·         Daniels, Robert V. Rusia. Editorial Diana (México D.F., 1964) Pág. 177.
·         Duran-Cousin, Eduardo. Comunismo: Historia de un sistema político. Ediciones ABYA-YALA (Quito, 2004)
·         Fazio Vengoa. Hugo. Rusia en el largo siglo XX: Entre la modernización y la globalización. Universidad de los Andes-CESO (Bogotá, 2005).
·         Fontana Josep. Por el bien del Imperio: Una historia del mundo desde 1945. Ediciones de Pasado y presente (Barcelona, 2011)
·         Hobsbawn, Eric. Historia del Siglo XX: 1914-1991. Editorial Critica (Barcelona, 2011)
·         Holdem, Gerard. The Warsaw Pact: Soviet Security and Bloc Politics. The United Nations University (Nueva York, 1989).
·         Létourneau, Jocelyn. La Caja de Herramientas del Joven Investigador: Guía de iniciación al trabajo intelectual. La Carreta Editores (Medellín, 2009).
·         Monroy Cabra, Marco Gerardo. Introducción al Derecho. Editorial Temis (Bogotá, 2006)
·         Schwanitz, Dietrich. La Cultura: Todo lo que hay que saber. Taurus (Buenos Aires, 2003)
·         URRS y aliados. Tratado de Amistado, Cooperación y Ayuda Mutua, del 14 de Mayo de 1995, por el que se crea un bloque de cooperación militar bajo el liderazgo de la URSS.

Páginas Web
·         http://clioperu.blogspot.com/2011/07/origen-y-fin-del-pacto-de-varsovia-el.html

[1] Létourneau, Jocelyn. La Caja de Herramientas del Joven Investigador: Guía de iniciación al trabajo intelectual. La Carreta Editores (Medellín, 2009). Pág. 78.
[2] Monroy Cabra, Marco Gerardo. Introducción al Derecho. Editorial Temis (Bogotá, 2006) Pág. 174
[3] Holdem, Gerard. The Warsaw Pact: Soviet Security and Bloc Politics. The United Nations University (Nueva York, 1989). Pág. 6.
[4] Duran-Cousin, Eduardo. Comunismo: Historia de un sistema político. Ediciones ABYA-YALA (Quito, 2004) Pág.: 287.
[5] Fontana Josep. Por el bien del Imperio: Una historia del mundo desde 1945. Ediciones de Pasado y presente (Barcelona, 2011) Pág. 10.
[6] Hobsbawn, Eric. Historia del Siglo XX: 1914-1991. Editorial Critica (Barcelona, 2011) Pág. 230.
[7] Hobsbawn. Págs. 230-231.
[8] Daniels, Robert V. Rusia. Editorial Diana (México D.F., 1964) Pág. 177.
[9] Benz, Wolfgang & Graml, Hermann (Compiladores). El Siglo XX: II. Europa después de la segunda guerra mundial 1945-1982 (Tomo 1). Siglo veintiuno editores (México, 1986)
[10] En Ruso: Совет экономической взаимопомощи. La COMECON (Siglas en inglés) no solo contaba con la participación de los países de Europa oriental. Después de los 50’s se permitió el ingreso de otros países como Cuba, Mongolia y Vietnam; así como la participación en calidad de observadores de México y Finlandia entre otros. Visto en: http://www.shsu.edu/~his_ncp/CMEA.html
[11] Benz & Graml. (Tomo 2) Pág. 377
[12] Schwanitz, Dietrich. La Cultura: Todo lo que hay que saber. Taurus (Buenos Aires, 2003) Pág. 199.
[13] URRS y aliados. Tratado de Amistado, Cooperación y Ayuda Mutua, del 14 de Mayo de 1995, por el que se crea un bloque de cooperación militar bajo el liderazgo de la URSS. Visto en: http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/1/353/13.pdf
[14] Holden, Págs. 6-7; 9.
[15] Visto en: http://clioperu.blogspot.com/2011/07/origen-y-fin-del-pacto-de-varsovia-el.html
[16] Fazio Vengoa. Hugo. Rusia en el largo siglo XX: Entre la modernización y la globalización. Universidad de los Andes-CESO (Bogotá, 2005). Pág. 150.
[17] Benz & Graml. (Tomo 2) Pág. 378

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