La
obra de André Gide que a continuación se analizará, nos dejara ver como el
autor sufre un desencanto tan profundo que pone en duda toda su identidad
política; y que además se reflejaría en las posteriores obras de este, quien
con este viaje llegó a entender la realidad que germinaba hasta ahora(1936) en
la U.R.S.S. y que prometía redefinir el orden social del mundo. Constituye una
fuente importante que nos permite ver realidades sociales sin que fuesen
alteradas por la propaganda y la política de Estado comunistas, con estas
críticas el autor se granjeo enemigos intelectuales que antes estaban en su
línea de pensamiento, debido a su desconocimiento de las realidades que Gide si
pudo observar y plasmar en su obra. El autor además augura que dicho sistema
económico y político está condenado al fracaso toda vez que no existe una
coherencia entre lo teórico del discurso comunista y lo que el mismo observa en
las fabricas y ciudades que visita.
André
Paul Gide puede ser considerado como uno de los escritores más importantes de
las primeras décadas del siglo XX. Nació en Paris, Francia, el 22 de noviembre
de 1869. Hijo de Paul Gide, un profesor de leyes de la Universidad de Paris y
Juliette Rondeax. Desde pequeño su salud mostro deterioro, lo cual contribuyo a
que pasara gran parte de su vida escribiendo. Ya en 1891 escribe su primera
obra titulada Los cuadernos de André Walter, que reflejan su idealismo juvenil.
A finales del Siglo XIX viaja al norte de África en donde conoce a Oscar Wilde;
y durante esa época comienza a reconocerse como homosexual, sin que la amistad
de Wilde influyese en ello. A pesar de su prolijidad como escritor, no sería
sino hasta el final de la Primera Guerra Mundial que sus obran alcanzarían
renombre y que autores como Albert Camus o Jean-Paul Sartre lo tomaran como
referencia. Durante la década de los 20's viajó al África Francófona (Congo,
Chad, Camerún) en donde escribió obras que criticaban el modelo económico que
se había adoptado por Francia sobre sus colonias. Fue un gran defensor de los
derechos de los homosexuales, además de un crítico del comunismo, después de
haber comulgado con esas ideas. Sus obras fueron galardonadas en 1947 con el
Premio Nobel de Literatura ''por sus
escritos comprensivos y artísticamente significativos, en los que los problemas
humanos y las condiciones (de vida) se han presentado con un amor sin miedo de
la verdad y una perspicacia psicológica aguda''[1].
El
objetivo del texto es demostrar que las concepciones acerca del modelo
comunista estaban viciadas de idealismos que no permitían la ejecución de estos
en la realidad. Gide se da cuenta de esto ya que en un primer momento él
también idealizo la U.R.S.S. como lo vemos en la siguiente cita: ''la U.R.S.S. nos ofrece actualmente un
espectáculo sin precedentes, de una importancia inmensa, inesperada y me atrevo
a decir ejemplar''[2].
Su convencimiento era tan grande que podría darle una connotación casi
religiosa a su postura inicial, que se ve reflejada inclusive en sus primeras
producciones en Rusia, como el discurso que pronuncio con ocasión de los
funerales de Gorki: ''La suerte de la
cultura está ligada en nuestras mentes al destino mismo de la U.R.S.S.''[3]. Si bien, en un principio se nota la intención
de resaltar los puntos importantes que saltaban a la vista del autor,
gradualmente se nota el cambio de pensamiento y el descontento que genera el
viaje.
El
documento generó un gran revuelo entre los comunistas más acérrimos (Muchos
amigos de Gide) debido al cambio de postura que el autor toma en contra del
comunismo y el estalinismo; inclusive los ataques más fuertes realizados a su
obra crearon la necesidad de publicar unos meses después unos ''retoques'' a su
obra inicial, en los que debatía algunas de estas críticas; lo cual no exonero
la polémica a ésta.
Otra
motivación para retocar la obra original era que Gide no quería apoyase
firmemente en ideas fascistas de las cuales siempre se declaro reacio.
En
el momento en que la obra salió a la luz pública la U.R.S.S. se encontraba
afrontando un cambio en su estructura política y económica; con la llegada de
Stalin al poder, se afianzo la idea de una única dirección estatal en la que se
impuso la industrialización del país a marchas forzadas, se margino el
revisionismo y se construyó una economía planificada que respondía a planes
quinquenales. Dietrich Schwanitz definía a Stalin como un ''personaje tan primitivo, desconfiado y astuto como Hitler''[4]. Ahora,
si bien la Unión Soviética se convirtió en potencia gracias a las políticas
adoptadas durante el régimen estalinista, el costo social y político fue muy
alto. Se dejó atrás a esa anticuada Rusia agrícola para constituir una fuerza
industrial asumida en su totalidad por
el Estado que sirviese a los fines del partido único. Ésta, es la Rusia que
visita Gide, una nación en construcción que busca imponerse a fuerza como un
nuevo paradigma dentro del orden mundial.
Y
es así como el texto se dirigía a todas aquellas mentes intelectuales
comunistas europeas (tales como la del autor), quienes no entendían el porqué
del cambio de mentalidad de Gide. Él mismo (en la nota preliminar de su libro)
se pregunta si fue él quien cambio o lo hicieron los ideales a los que les
profesaba respeto y admiración. No en vano reconoce su error y busca respuestas
a dicho fracaso. Por otro lado, el texto también es objeto de estudio por parte
de otros lectores con diferentes tendencias políticas, quienes encuentran en éste,
argumentos para continuar su lucha
ideológica contra el comunismo. Aun así, se debe entender esta obra como el
relato de un solo hombre, quien en su fuero interno ponderó la realidad que
pudo observar con aquellos ideales nobles que tenía arraigados en su interior y
que no fueron cumplidos en su totalidad. No en vano busca escribir la obra con
la mayor honestidad y objetividad que le son posibles.
Podemos
dividir el texto en dos: una primera parte en donde se exponen las experiencias
de Gide en la Unión Soviética, y una segunda parte que corresponde a los
retoques que se hicieron a la obra debido a las cuantiosas críticas que
recibió. La obra, más que un relato lineal de la estancia del autor en la Unión
Soviética, es una compilación de los momentos más profundos que lograron crear
en él una reflexión profunda acerca de la naturaleza de aquél nuevo paradigma
social que se estaba imponiendo. Cada capítulo en si tiene particularidades que
giran en torno a una temática diferente que el autor va explicando a medida que
avanza el texto y que se van complementando con las reflexiones que le suscitan
en cada evento que presencia.
En
el primer capítulo vemos las primeras impresiones del grupo de escritores a su
llegada a la Unión Soviética. En los primeros momentos se admiran los logros de
la revolución que buscaba dejar atrás el ruinoso pasado de la era zarista pero
las condiciones desiguales comienzan a relucir; anécdotas como el viaje en tren
en donde se les asigna un vagón especial mientras el resto viaja en condiciones
precarias van revelando el matiz que tomara el libro.
La
llegada a Leningrado supone un cambio en el paisaje: La ciudad es
considerablemente más bella que Moscú, aunque comparten esa herencia del
antiguo régimen que se quiere dejar atrás, se refleja como el espíritu del ruso
está regido por lo utilitario, lo práctico y lo ordinario en detrimento de lo
exquisito. La idea principal del segundo capítulo radica en cómo las doctrinas
marxista-leninistas se están implantando en el subconsciente del ciudadano ruso
para lograr los fines plasmados por dicha doctrina; elementos como el
igualitarismo y la uniformidad son esenciales y la economía trabaja en función
de ello. Como los pueblos de la U.R.S.S. van en aumento y demandan más del
Estado, este busca suplir las necesidades de su pueblo, aun así, el Estado
apela a la naturaleza pasiva del ruso, que se acostumbra a una economía en
crecimiento y que busca más la cantidad que la calidad, esto basado en el
dominio total de la economía por parte del Estado, lo cual asegura la
inexistencia de la competencia. Con un pueblo con expectativas bajas en cuanto
a lo que consume y necesita, se pueden obviar los controles de calidad, a pesar
que la industria continúe produciendo elementos inservibles; para ello, el
mismo Estado promueve iniciativas como el estajanovismo, que busca generar por
parte del pueblo una entrega total al desarrollo económico sin esperar
contraprestaciones, ya que se hace de manera voluntaria.
Con
todo esto se busca la uniformidad y la falta de criterio. Una sola opinión que
encamine a todos hacia un conformismo y que otorgue a los ciudadanos que no
esperan mucho de su propio gobierno pero que mantienen la confianza depositada
en este, una felicidad que preserve el status
quo. Se celebra el actual estado de las cosas y la educación promueve ese
regocijo, además consideran que su trabajo les ha granjeado la admiración de
las naciones atrasadas y sumidas en el capitalismo, considerarse ejemplo para
el resto del mundo; para mantener este orden de ideas el mismo Estado le oculta
a los ciudadanos la realidad del extranjero y Gide da cuenta de ello, Él
entiende que la forma en que viven los rusos es una especie de avasallamiento,
en donde si existen diferencias en el orden social. Es un país en donde la
pobreza abunda por doquier, lo cual genera en Gide un temor a volver a un
estado anterior a la revolución en donde la inequidad motive otra insurrección.
A pesar de ello, Gide comprende que la U.R.S.S. aun está en construcción y este
proceso histórico había sido previsto, no en vano el mismo Lenin decía que en
esta primera fase del comunismo, la igualdad era imposible debido a las
condiciones de cada hombre pero lo que se había logrado era evitar que el
hombre fuese explotado por el mismo hombre, ya que deja de existir la propiedad
privada en favor de una sociedad igualitaria[5].
Una
de las criticas más fuertes que Gide hace es al modelo estalinista. De los
elementos más fuertes que se presencian en toda la Unión Soviética es el culto
a la personalidad dirigida al ''Padre de los Pueblos'', en las paredes de las
casas, fabricas, clubes y demás existen retratos de Stalin, quien era venerado
casi como un líder, dirigía al Estado y quien realizaba los informes
quinquenales, por esto, todas las directrices dadas por él en sus planes y
discursos resultaban ser acertadas, lo cual demostraba su ''genio''. La crítica
hacia él era considerada como traición,
y quienes la cometían eran eliminados, esto tenía un propósito especial, ya que
desviaba de la imagen de Stalin ''la
sospecha de haber cometido errores políticos''[6]. El
mismo autor reconoce como la Dictadura del Proletariado se transforma en
un totalitarismo, en el espíritu conformista que es exigido de cada ciudadano y
se busca suprimir toda oposición o disidencia que atente contra los principios
del partido. Este formalismo impregnaba cada esfera social, declarando que
todas las formas de expresión debían estar acorde a una misma línea de
pensamiento, para no caer en la rebeldía. El arte, que era sinónimo de
revolución, se convierte en mera propaganda estatal, y deja de lado el
trasfondo de las cosas para preocuparse más por la forma[7].
El avasallamiento de esta dictadura soviética es tal, que Gide llega a
compararla con la Alemania de Hitler[8].
El
desencanto que sufre Gide durante toda la obra (y que marcaria su pensamiento
en adelante) radica en cómo éste sintió que las políticas estalinistas
contrariaron todo lo que él pensaba y esperaba de un modelo político que de
cierta manera, salvaría a la humanidad. Él mismo afirma que ''La U.R.S.S. no es lo que esperábamos que
sería, lo que prometía, lo que intenta parecer todavía; ha traicionado todas
nuestras esperanzas'' [9].
Eric Hobsbawn argumenta que la literatura comunista a mediados de 1935 comenzó
a acusar a los movimientos comunistas en Moscú de traicionar los ideales
originales de Marx y Lenin, siendo auspiciados por las alas más ortodoxas y
soviéticas del comunismo[10]. Podemos
agregar que inclusive la misma historiografía se vio afectada por lo que Gide
consideraba ''La Línea'': Durante los debates historiográficos de la Segunda
Internacional, el mismo Stalin habría ordenado acomodar el trabajo de los
historiadores a las directrices del partido en cada momento[11].
Esto deja entrever que si hubo un descontento por parte de ciertos sectores con
respecto al rumbo que la revolución había tomado, y que aquellos pensamientos
idílicos que Gide y otros compartían, eran erróneos.
Podemos
terminar realizando un símil entre la revolución que continuo Stalin y el mito
de Cronos, ya que al igual que este titán griego, el comunismo termino atacando
a sus propios hijos. El mismo Stalin termino traicionando todo aquello que
representaba en un primer momento, y dentro del mismo Estado comunista se
reconoció esta situación. Si analizamos el discurso secreto[12] proferido por Nikita Khruschev, la reacción después de
la muerte de Stalin fue de critica a este por engrandecerse y direccionar el
país contrariando los principios que Lenin había dictado. Estas son
conclusiones que también son inferidas por Gide, al decir que la manera de
Stalin de dirigir al pueblo no era coherente con lo que se esperaba.
Con
lo anteriormente desarrollado podemos entender los motivos que generaron en
André Gide una desilusión tan profunda que generara dentro de su pensamiento un
sisma, además de dar polémica entre los intelectuales de la época. Del texto
podemos concluir que si bien los principios fundamentales de la revolución de
octubre (y en general las directrices del Marxismo-Leninismo) dieron las pautas
que debían seguir las naciones para abandonar el capitalismo como orden social,
para evolucionar hacia un comunismo, que generó por otra parte una alteración
en el Estado heredado por Stalin que rayaba en el totalitarismo.
Hablando
acerca de la naturaleza social de la U.R.S.S. podemos inducir como se repite en
el documento, que la Unión Soviética de la época si respondía a los
planteamientos que nos brindan Marx y Lenin acerca de las primeras fases de un
Estado comunista[13].
Elementos que el mismo Lenin busco eliminar para hacer de su modelo de Estado
uno más eficiente, como la burocracia, llegaron a tomar un papel primordial
durante la dictadura de Stalin y contribuyeron a que los aparatos estatales
fuesen inoperantes.
Cabe
resaltar, que la actitud de Gide al momento de elaborar su trabajo era
totalmente honesta y coherente con lo que él pensaba y observaba. No por ello,
el desencanto con respecto al modelo socialista es palpable a medida que avanza
la lectura. Inclusive, el hecho de redactar unos retoques a su obra, muestra
por parte de él un interés en dilucidar la verdad acerca de las experiencias
que él vivió, no sin dejar en claro que todo aquello en lo que el confiaba
antes de junio de 1935 con respecto al comunismo era falso.
BIBLIOGRAFIA
·
Gide, André. Regreso de la U.R.S.S. seguido de Retoques a mi Regreso de la
U.R.S.S. Muchnik Editores (Barcelona, 1982)
·
Schwanitz, Dietrich. La Cultura: Todo lo que hay que saber.
Taurus (Buenos aires, 2003)
·
Lenin, Vladimir Ilich. El Estado y la
revolución. Editorial Progreso (Moscú, 1976)
·
Hobsbawn, Eric. Historia del Siglo XX.
Editorial Critica (Barcelona, 2011)
·
Fontana, Josep. La historia de los
hombres. Editorial Critica (Barcelona, 2001)
·
Informe secreto al XX Congreso del PCUS:
25 de febrero de 1956.
[1] "The
Nobel Prize in Literature 1947". Nobelprize.org. 21 Apr 2013
http://www.nobelprize.org/nobel_prizes/literature/laureates/1947/index.html
[2] Gide, André. Regreso de la U.R.S.S. seguido de
Retoques a mi Regreso de la U.R.S.S. Muchnik Editores (Barcelona, 1982)
Pág. 13.
[3] Gide, p. 22
[4] Schwanitz, Dietrich. La Cultura: Todo lo que hay que saber.
Taurus (Buenos aires, 2003) Pág. 193.
[5] Lenin, Vladimir Ilich. El
Estado y la revolución. Editorial Progreso (Moscú, 1976) Pág. 89.
[6] Schwanitz, p. 192
[7] Según Gide, el arte pierde sus
virtudes al ser reprimida y direccionada. Gide, p.62.
[8] Gide, p. 52
[9] Gide, p. 132
[10] Hobsbawn, Eric. Historia del
Siglo XX. Editorial Critica (Barcelona, 2011) Pág. 82
[11] Fontana, Josep. La historia
de los hombres. Editorial Critica (Barcelona, 2001) Pág. 232
[12] Informe secreto al XX Congreso
del PCUS: 25 de febrero de 1956. Tomado de:
http://www.marxists.org/espanol/khrushchev/1956/febrero25.htm
[13] Lenin, p. 78
No hay comentarios:
Publicar un comentario